Galileo
Gali siempre fue muy tímido, y por alguna inexplicable razón lo es cada día más. Se pone nervioso al recibir mimos, excepto cuando tiene mucho sueño, que no puede parar de ronronear.
Ama a los gatos mayores que él, en especial a Dulce, que es su papá del corazón. Aunque tiene solo seis meses es más grande que la mayoría de los gatos adultos, pero él se encarga de recordarles a todos que él sigue siendo un bebé y que quiere que lo cuiden de manera acorde.
Tiene el pelo muy esponjoso, en especial el de su cola, que casi siempre puede verse colgando de su lugar favorito: la camita colgante de abajo de la mesa.
Ñee. Ñe. Gretel dice la verdad, mamá nos enseñó a hablar así.
Solo porque soy más grande que la mayoría de los adultos no dejo de ser un bebé.
Sé que estás pensando en tocar mi hermoso pelaje, y no, no quiero que lo hagas.